Responsable Comercial BullGuard España y Portugal | Eric Chulot | 24/11/2011 10:10
Sólo en los últimos meses de 2010 y en los primeros de 2011 se han dado 286 millones de nuevas amenazas contra equipos conectados a Internet, según señalan numerosos informes del sector de la seguridad informática. Pero lo curioso es que las redes sociales y los dispositivos móviles son el nuevo blanco favorito de los ataques cibernéticos a través de virus y spam. De hecho, la última tendencia consiste en emplear lugares como Facebook o Twitter para distribuir software maligno.
Generalmente, el peligro suele estar en los enlaces abreviados -empleados en el entorno 2.0 para compartir contenidos o direcciones de otras páginas- que sirven como vehículo de distribución automático de propagación de malware entre miles de víctimas en sólo unos minutos.
También empiezan a ser comunes las aplicaciones falsas, o troyanos distribuidos en las redes, con apariencia de programas perfectamente legítimos e inofensivos para aparatos móviles (como teléfonos inteligentes, o tabletas), pero que al ejecutarlos ocasionan daños, en muchas ocasiones de considerable gravedad.
Lo cierto es que los piratas cibernéticos conocen el modo de funcionamiento y filosofía de las redes sociales. Saben que en la web 2.0 el usuario es el principal protagonista, explota al máximo las capacidades de interacción de la red, y se apoya en la potencia de las bases de datos. Y tampoco debemos olvidar que lugares como Facebook, Twitter, MySpace, YouTube o Blogger encabezan a diario los sitios web con más visitas a nivel mundial. Su popularidad, como es lógico, tampoco ha pasado inadvertida a los cibercriminales, y por ello estas redes están siendo objeto de los más diversos y agresivos ataques de los últimos tiempos, aprovechando las distintas vulnerabilidades de los navegadores y de la necesaria presencia de código JavaScript, HTML o PHP. En realidad, en numerosas ocasiones basta con acceder a una página web modificada por los piratas para quedar infectado.
Las medidas de protección son relativamente fáciles de aplicar: en primer lugar es imprescindible contar siempre con la última versión de nuestro navegador, ya sea Internet Explorer, Mozilla, Opera, Chrome o Safari, y mantener nuestro sistema operativo totalmente actualizado con los parches más recientes que solucionan las vulnerabilidades conocidas. Y es que, sin ellos, el segundo elemento fundamental de protección -los antivirus- poco podrán hacer para ejercer adecuadamente su función. Dicho en otras palabras, sería como contar con alarma en casa pero no encenderla o bien dejar las puertas abiertas.
Estar puntualmente informado es fundamental si queremos operar en las redes sociales sin sufrir daños. Como vemos, y en un mundo en el que la cooperación, la interconectividad y la compartición de información es moneda común, el problema es de todos. Nadie puede decir con seguridad que está a salvo y encogerse sin más de hombros. Las redes sociales son poderosísimas herramientas de relación y protegerlas es tarea de la comunidad en pleno. Si hemos llegado hasta aquí, ¿vamos a arrojar todo por la borda?